La crisis explotó; según fuimos informados, el sistema financiero estadounidense estaba a punto de colapsar. ¿La solución?, suministrarle una dosis de emergencia de US$700,000,000,000. ¿En favor de quiénes?... ¡de aquellos mismos quienes la ocasionaron!
Es preciso que admita que mis conocimientos de ingeniería finaciera son bastante limitados (claro que en este caso juega en mi favor que ni las propias mentes de wall street entendieron muy bien qué fue lo que crearon), pero desde que comenzó todo esto no deja de darme vueltas una pregunta en la cabeza: ¿por qué se hizo necesario premiar a quienes fueron los más irresponsables?
El proyecto de ley para el rescate de la crisis, aun cuando luego de modificado por el Senado, prevé reformas como poner freno a los salarios de los ejecutivos, establecer controles al flujo de capital y aumentar el valor de los seguros para depósitos bancarios*, no ha previsto la exención o reliquidación de las deudas de los deudores hipotecarios: la parte más delgada por donde el hilo hubo de terminar de romperse.
Así las cosas, los deudores hipotecarios ya no sólo cargan sobre sí la pena de haber sido engañados por los banqueros que irresponsablemente los llevaron a adquirir hipotecas subprime, o por las "firmas calificadoras de riesgo que recomendaron comprar las hipotecas aludidas calificándolas como si fueran AAA" (Hernán Gonzáles Rodríguez, "Dificultades para el rescate"), sin poder hacer nada al respecto. No, ahora también deben, además de asumir el valor de sus hipotecas (o de simplemente tener que renunciar a la vivienda que a través de ellas fuera adquirida), costear como contribuyentes los 700 millones de dólares que conlleva el rescate del sistema financiero y la consecuente salvación de las inversiones de aquellos quienes hubieron de engañarlos.
No quiere decir esto que yo busque restarle responsabilidad a los deudores hipotecarios; lo que quiero es llamar la atención sobre cómo pareciera que de entre todas las soluciones posibles, se está optando por aquella que más castiga a quienes menos se debiera: ¿quien es más responable, quien por su impericia se ha dejado engañar, o quien temerariamente ha llevado a cabo acciones que degeneran en perjuicios para todos?
¡Que alguien me diga, que alguien me lo explique y me haga entender cómo esta solución legislativa reditará en beneficio para todos los implicados y no sólo para algunos!; esa... esa es mi otra pregunta.
Nota: una moraleja final. Al parecer la crisis financiera de los Estados Unidos ha dado suficientes razones para volver la mirada al no superado debate sobre la regulación de la RSE. Para analistas como Walden Bello**, la crisis ocurrió como una indefectible consecuencia de la desregulación de la actividad finaciera en Estados Unidos***. En el plano de lo estrictamente legal, puede decirse que los banqueros que promovieron el consumo de hipotecas subprime no hubieron de cometer falta alguna, y sin embargo, quién se atrevería a decir que su comportamiento no fue groseramente irresponsable. ¿Quiere decir esto que existen actividades económicas que por su naturaleza debieran regularse para evitar que sean llevadas a cabo de manera socialmente irresponsable?
Notas:
* Ver: "Las reformas del Senado favorecen la aprobación del plan rescate", en ElPaís.com
**Ver: "Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo", por Walden Bello, en SinPermiso.info.
***Ver: "Imbéciles", en ComentarIus (at) New York
Gracias a Gonzalo Ramírez Cleves, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Externado de Colombia y blawgger de Iureamicorum, por las referencias a los artículos de la revista SinPermiso.info.
Es preciso que admita que mis conocimientos de ingeniería finaciera son bastante limitados (claro que en este caso juega en mi favor que ni las propias mentes de wall street entendieron muy bien qué fue lo que crearon), pero desde que comenzó todo esto no deja de darme vueltas una pregunta en la cabeza: ¿por qué se hizo necesario premiar a quienes fueron los más irresponsables?
El proyecto de ley para el rescate de la crisis, aun cuando luego de modificado por el Senado, prevé reformas como poner freno a los salarios de los ejecutivos, establecer controles al flujo de capital y aumentar el valor de los seguros para depósitos bancarios*, no ha previsto la exención o reliquidación de las deudas de los deudores hipotecarios: la parte más delgada por donde el hilo hubo de terminar de romperse.
Así las cosas, los deudores hipotecarios ya no sólo cargan sobre sí la pena de haber sido engañados por los banqueros que irresponsablemente los llevaron a adquirir hipotecas subprime, o por las "firmas calificadoras de riesgo que recomendaron comprar las hipotecas aludidas calificándolas como si fueran AAA" (Hernán Gonzáles Rodríguez, "Dificultades para el rescate"), sin poder hacer nada al respecto. No, ahora también deben, además de asumir el valor de sus hipotecas (o de simplemente tener que renunciar a la vivienda que a través de ellas fuera adquirida), costear como contribuyentes los 700 millones de dólares que conlleva el rescate del sistema financiero y la consecuente salvación de las inversiones de aquellos quienes hubieron de engañarlos.
No quiere decir esto que yo busque restarle responsabilidad a los deudores hipotecarios; lo que quiero es llamar la atención sobre cómo pareciera que de entre todas las soluciones posibles, se está optando por aquella que más castiga a quienes menos se debiera: ¿quien es más responable, quien por su impericia se ha dejado engañar, o quien temerariamente ha llevado a cabo acciones que degeneran en perjuicios para todos?
¡Que alguien me diga, que alguien me lo explique y me haga entender cómo esta solución legislativa reditará en beneficio para todos los implicados y no sólo para algunos!; esa... esa es mi otra pregunta.
Nota: una moraleja final. Al parecer la crisis financiera de los Estados Unidos ha dado suficientes razones para volver la mirada al no superado debate sobre la regulación de la RSE. Para analistas como Walden Bello**, la crisis ocurrió como una indefectible consecuencia de la desregulación de la actividad finaciera en Estados Unidos***. En el plano de lo estrictamente legal, puede decirse que los banqueros que promovieron el consumo de hipotecas subprime no hubieron de cometer falta alguna, y sin embargo, quién se atrevería a decir que su comportamiento no fue groseramente irresponsable. ¿Quiere decir esto que existen actividades económicas que por su naturaleza debieran regularse para evitar que sean llevadas a cabo de manera socialmente irresponsable?
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Notas:
* Ver: "Las reformas del Senado favorecen la aprobación del plan rescate", en ElPaís.com
**Ver: "Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo", por Walden Bello, en SinPermiso.info.
***Ver: "Imbéciles", en ComentarIus (at) New York
Gracias a Gonzalo Ramírez Cleves, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Externado de Colombia y blawgger de Iureamicorum, por las referencias a los artículos de la revista SinPermiso.info.
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