La RSE aplicada no está orientada exclusivamente a contribuir con la consecución de objetivos sociales externos a la organización empresarial; también cumple una función interna: no en vano es bien sabido y aceptado que una de las principales comunidades de interés de la empresa son sus trabajadores.
Podría decirse que en materia laboral el principal objetivo del empresario socialmente responsable es la realización de relaciones laborales decentes*, familiar y personalmente conciliables. Parte fundamental de este logro radica en que el empresario promueva este nuevo paradigma entre los propios trabajadores, y muy especialmente entre aquellos quienes desempeñan cargos de administración y dirección en la empresa.
Gracias a Martín Santos, director de la revista Sinergia, he tenido conocimiento de un artículo publicado en el diario argentino Crítica. La nota, aunque precedida por un título jocoso ("Mi jefe no me mima"), refiere con buena pluma algunas de las muchas prácticas irresponsables que son llevadas a cabo por algunos directivos al interior de las empresas, enunciando sus posibles causas, así como las consecuencias que dichos comportamientos pueden originar en la salud y productividad de los trabajadores.
Notas:
* Según la OIT, el trabajo decente es aquel que "resume las aspiraciones de las personas en su vida laboral, aspiraciones en relación a oportunidades e ingresos; derechos, voz y reconocimiento; estabilidad familiar y desarrollo personal; justicia e igualdad de género.(...) El trabajo decente es fundamental en el esfuerzo por reducir la pobreza, y es un medio para lograr un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible".
Imagen licenciada bajo Creative Commons. Tomada de Flickr.com. Autor: DeathByBokeh
Ayudó mucho...Gracias.
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